El libro del periodista colombiano Hernando Calvo Ospina, Los Bush y el Equipo Estrella de la CIA, que con el mayor de los gustos presento a la consideración del público, representa un trabajo de investigación excepcional. Se trata de una publicación del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, que constituye una poderosa herramienta para la toma de conciencia del pueblo venezolano, sobre el peligro que constituye para los proyectos de cambio social en el mundo, la existencia de los aparatos de seguridad e inteligencia norteamericanos.

Se sabe que tales estructuras están diseñados para intervenir en las naciones que representen, desde la perspectiva del gobierno de Estados Unidos, “peligros” ciertos para la estabilidad mundial, esto es, para la continuidad del sistema capitalista y de su expresión política más sublime, la democracia representativa. Paradójicamente en su defensa, las sucesivas administraciones norteamericanas cercenan recurrentemente a través de esos aparatos de seguridad, como la CIA, la libertad, la soberanía, y las expresiones autónomas y democráticas de los pueblos.
Investigar sobre esos temas que involucran la violación sistemática de valores que sin embargo la nación norteamericana ha jurado defender, como la libertad, son la expresión palpable de un discurso doble que practica el establecimiento de Estados Unidos y que oculta mal en las pretensiones por mantener un dominio mundial bajo cualquier precio.
De modo que aunque el tema que aborda el libro se presta para orientarse más bien hacia la denuncia fácil y el lugar común, comprensible además, Hernando Calvo opta por la investigación periodística, la ubicación de las fuentes y su estudio sistemático, para la incorporación en un discurso que privilegia la información, en la búsqueda de expresar el desarrollo de acontecimientos tal como en verdad sucedieron. Si bien en el formato para la distribución masiva del libro, se obvian la presentación de las fuentes examinadas, se percibe que el investigador sostiene sus polémicas afirmaciones sobre datos específicos ubicados durante un proceso de investigación. A estas particularidades se suma otra, es bastante compleja la ubicación de esas fuentes de información, en buena medida porque su contenido muestra la actuación de personajes que ahora mismo están ocupando cargos de responsabilidad, no tanto en la jefatura de la CIA, por ejemplo, sino en la misma presidencia de Estados Unidos.
La propuesta básica de la investigación se centra en poner de bulto la forma cómo se llegó a formar el llamado Equipo Estrella de la CIA, y sus relaciones estrechas con la familia Bush. Esta primera preocupación se desagrega además en el seguimiento a las distintas “misiones” de inteligencia que encabezaron en la tarea de frustrar cualquier propuesta política alternativa que desafiara los designios del imperialismo. Con este imperativo, oculto bajo justificaciones ideológicas, como lo expresan los mismos actores las pocas veces que se ven impelidos a responder ante la justicia, según nos muestra Hernando Calvo, se violentó el principio de soberanía de las naciones, se intervino militarmente, se bombardearon poblaciones civiles, se armaron ejércitos para promocionar guerras civiles en territorios distantes, se intervino en el mercado de las drogas ilícitas para financiar operaciones militares, se asesinaron a dirigentes políticos del mundo o de su propio país, se apoyaron golpes de estado y dictaduras militares que organizaron secuestros, torturas y asesinatos racionalmente concebidos contra opositores políticos, se desestabilizaron gobiernos legítimos a través por ejemplo de guerras psicológicas, se ejecutaron operaciones terroristas como la voladura del avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, etc.
Todo esto se menciona en este trabajo que debe llegar hasta el último rincón de Venezuela, el libro es como se sabe gratuito, para que se comprenda bien que luchar contra el imperialismo como lo hace hoy el pueblo de Venezuela y su gobierno, es luchar, en términos más concretos, contra el Estado más terrorista del planeta, el más poderoso e implacable enemigo de la democracia y de la independencia de las naciones. Es la conclusión lógica luego de examinar el trabajo de Hernando.
El primer precedente que ubica el investigador para percibir la formación de este grupo de inteligencia que ahora mismo ocupa los cargos más importantes en el gobierno de Estados Unidos, aparecen durante 1954, particularmente en la invasión y posterior derrocamiento del gobierno socialdemócrata del presidente de Guatemala Jacobo Arbenz, quien estuvo adelantando algunas reformas de entidad que tocaban intereses específicos de grupos de poder de Estados Unidos, como la propuesta de reforma agraria. Luego de los acontecimientos que precipitaron su destitución violenta, se instala con la anuencia de la CIA, el gobierno de facto de Castillo Armas.
El formato que había dado tan buenos resultados, se trata de imponer luego, pero incluso más desarrollado, para detener a la Revolución cubana. El Proyecto Cuba, resume los esfuerzos por parte de quienes a partir de ese momento se presentarían como el Equipo Estrella de la CIA, con la participación entusiasta de un joven empresario tejano, el señor George Herbert Walker Bush. Aunque la operación, la invasión de grupos de exiliados armados y entrenados por la CIA para derrocar la revolución en 1961, resulta fallida y en consecuencia se impone cierto repliegue táctico, ya se tiene conformada la agrupación responsable de buena parte de las políticas interventoras.
Algunas de las próximas acciones que protagoniza el Equipo Estrella, o en las que varios de sus hombres tuvieron diversos grados de incidencia, y que relata Calvo Ospina, se mencionan de seguidas: la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, y su primera expresión, el derrocamiento del presidente brasileño Joao Goulart el 31 de marzo de 1964, la invasión a la República Dominicana en abril de 1965, y luego el derrocamiento de su presidente Juan Bosch, el asesinato del Che en 1967, antes incluso, el asesinato del presidente Kennedy, la intervención en Angola y su alianza con el gobierno racista de Sudáfrica, para impedir que el Movimiento Popular de Liberación de Angola, apoyado por Cuba llegara a ser gobierno en 1975, la guerra psicológica y el financiamiento a la derecha para frustrar la llegada al poder de la Unidad Popular en Chile, y su intervención en la promoción y colaboración directa en el golpe militar en ese país en septiembre de 1973, los preparativos para montar la Operación Cóndor, coordinado por la dictadura de Augusto Pinochet, la voladura del avión de Cubana de Aviación en 1976, la preparación de un ejército en Nicaragua como La Contra, para impulsar una guerra civil que termine con la revolución sandinista, la invasión a Panamá en 1989, etc.
Luego de leer el trabajo minucioso de Hernando, el lector puede moderar razonablemente las aspiraciones que despierta el señor Obama en la presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, tales resultados electorales constituyen una aspiración de cambio en la conciencia del pueblo norteamericano. Por su parte, las naciones y los pueblos que se han visto afectados por las políticas agresivas del Estado estadounidense, deberían comenzar por exigir al nuevo gobierno una medida apenas lógica para una administración que se reclama como distinta al gobierno asesino de Bush, hijo, y es la completa reestructuración de los aparatos de seguridad de ese país, y el procesamiento por la justicia de los principales responsables de tantos abusos que permanecen impunes, cometidos durante más de medio siglo. Aunque la propuesta se puede calificar de ingenua, en la casi certeza de que los nuevos gobernantes no accederán fácilmente a llevarla adelante, es una necesidad para empezar a desmontar la maquinaria de muerte que se resume en las desprestigiadas siglas de la CIA.
Leonardo Bracamonte.
HERNANDO CALVO OSPINA