Por Waldir José Rampinelli
La censura académica llegó a la casa editorial de la Universidad (EdUFSC). Desde 2003, he coordinado en esa casa editorial una colección Relaciones Internacionales y Estado Nacional (RIEN), cuya principal característica es el análisis crítico de las relaciones internacionales en un mundo donde los conceptos como subdesarrollo, dependencia, imperialismo y terrorismo de Estado fueron sustituidos por países emergentes, interdependencia, globalización y guerra preventiva. En la colección RIEN se han publicado tres libros: en el primero se trata del apoyo político y teórico dado por Juscelino Kubitschek y Gilberto Freyre al colonialismo portugués; el segundo analiza el nacionalismo y la dominación burguesa en el Brasil de los años 1950; y el tercero habla del imperialismo y de su entrada a América Latina por medio de la economía, del militarismo y de la ideología. La Colección RIEN ha tenido muy buena acogida del público, tanto que uno de los títulos ya está prácticamente agotado, y otro está en buen camino.
Acabo de presentar el libro El terrorismo de Estado en Colombia (que ya fue publicado en Venezuela, en España y en Francia), del autor Hernando Calvo Ospina, periodista de Le Monde Diplomatique, para hacer parte de la colección RIEN. La obra fue examinada por dos profesores – uno de la UFSC y otro de la UFRGS –, quienes ambos dieron opiniones positivas para su publicación. Uno de ellos es Paulo G. Vizentini, profesor de Historia y de Relaciones Internacionales, y también del Programa de Pos-Grado, de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS). Vizentini es una personalidad a nivel nacional e internacional, en el campo de la investigación, de la enseñanza y del análisis de las relaciones entre los países. También coordina para la Editora de la UFRGS, una serie Relaciones Internacionales e Integración. Para conocerlo mejor, basta ir a cualquier librería a buscar sus libros.
Que ocurrió? Un miembro del Consejo Editorial de la EdUFSC, que pertenece al Departamento de Ingeniería Eléctrica, Prof. João Pedro Asumpção Bastos, insatisfecho con las dos opiniones favorables, pidió los dos informes, y después de una lectura muy rápida de algunas partes del libro (supongo, ya que tuvo solamente una semana para examinarlo, mientras los primeros dos lectores necesitaron por lo menos un mes), emitió una opinión en contra de su publicación, siendo seguido por otros cuatro consejeros. Dos consejeros votaron en contra, defendiendo así la publicación de la obra. Algo muy raro ha pasado: el electricista venció al internacionalista en temas de política internacional. Y lo peor: uno no tiene acceso a los informes por las vías normales, mismo preservando el nombre de los que examinaron el libro, ahora hechos públicos por mi cuenta.

El rechazo del libro El terrorismo de Estado en Colombia se debe a cinco factores fundamentales:
1) un profundo desconocimiento de la realidad colombiana, con la idea de que cuando se habla de terrorismo en ese país, sólo se puede incriminar a los diversos grupos guerrilleros pero jamás al Estado;
2) un gran prejuicio acerca de los gobiernos nacionalistas andinos que intentan superar el capitalismo neoliberal y rentista, pues le toca a Colombia, por orden de Washington, el papel de detener tales avances;
3) una enorme falta de sensibilidad histórica, social, política y académica, ya que no se les permite a los lectores en general conocer de cerca, por medio de documentación primaria, el terrorismo de Estado practicado en Colombia;
4) una mentalidad de colonizados, porque publicar sobre el terrorismo de Estado en Colombia significaría involucrar directamente a los Estados Unidos en crímenes de lesa-humanidad, y eso no lo pueden tolerar algunos profesores que hicieron parte de sus estudios en este país;
5) por último, un avance de la derecha dentro de la UFSC, dirigido por la administración central, que no sólo se apropia de sindicatos y de centros académicos de estudiantes, sino también de la Editora, usurpando su finalidad primera, la de publicar sobre la diversidad del pensamiento.
Además, los medios de comunicación nacional e internacional vienen discutiendo con mucho interés el papel de Colombia en América del Sur debido a las siete bases militares estadounidenses que van a ser instaladas en ese país, afectando, inclusive, la Amazona brasileña. El libro, dentro de una perspectiva histórica, ayudaría a entender esta realidad. En la Universidad Nacional Autónoma de México, dentro del curso de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, el libro se volvió una lectura obligatoria para los estudiantes. Aquí fue prohibido.

La línea editorial adoptada por la EdUFSC, de posicionarse contra cualquier publicación de análisis político que contenga lo que una parte de sus consejeros denominan militancia, empobrece nuestra ya modesta acción editorial universitaria. Libros que presenten cualquier análisis político con algún carácter progresista ya no pueden ser publicados. En este caso, Marx, con El Capital y la perspectiva de superación del capitalismo, sería rechazado ; Weber, con Economía y Sociedad y su análisis de la burocracia, sería prohibido ; y Florestan, con la Revolución Burguesa en Brasil y su crítica de las clases populares marginalizadas, no pasaría por el tamiz de la Editorial. Al final, todos son libros críticos con un objetivo militante muy claro: la transformación del Estado, de la sociedad y del sistema. Esta es una situación autodestructora en la cual se metió la Editorial de la UFSC. En nombre de un falso academismo y una pretendida neutralidad, que no es otra cosa que la preservación del conservatismo y una apertura hacia la derechización, se abandona la línea maestra que debería guiar cualquier editorial universitaria: la crítica y la pluralidad.
No bastaba la limitación de la parte operacional de la Editorial con la renuncia de funcionarios, o la reducción de presupuestos y la falta de osadía de su director para defender la pluralidad, ahora tenemos que enfrentar la censura de libros con carácter histórico-político. Era lo que faltaba ! Si en gestiones pasadas se criticaba a la Editorial, y con razón, por lo menos ahí teníamos escritores y poetas. Hoy, son burócratas.
La responsabilidad de tanto conservatismo y de semejante perjuicio a la libertad de conocimiento en lo que toca al continente latino-americano le cabe al rector Álvaro Prata (que mostró su desprecio hacia América Latina en su campaña para la rectoría), a la secretaria de Cultura y Arte María de Lourdes Borges (que se enorgullece de lo que debería avergonzarse: defender la ideología eurocéntrica mientras dirige el arte y la cultura en una universidad brasileña), al director ejecutivo Luiz Henrique Dutra (mero ejecutor de ordenes superiores) y a una parte significativa del Consejo Editorial de la EdUFSC que fue escogida por la administración central y no dispone de independencia suficiente para cuidar la libertad de pensamiento de nuestra casa editorial. Es preciso democratizar la forma de elegir a los integrantes de este consejo, para que éste represente no sólo las diferentes áreas del conocimiento, sino también las diversas tendencias políticas existentes en la universidad.
Pienso que no nos podemos quedar callados ante la censura académica y la imposición de políticas editoriales conservadoras, y hasta reaccionarias, en una universidad federal. La EdUFSC está mantenida por fondos públicos y no privados. Por lo tanto, tiene la obligación de reflejar, teóricamente, las distintas interpretaciones de la sociedad. Rechazar un libro por sus ineficiencias, sí, pero por su contenido histórico-político, no. Este fue un acto conservador, autoritario, antiacadémico, antiuniversitario y antiplural. No hacer nada frente a esta política establecida significa guardar un silencio bastante cercano a la estupidez.
Waldir José Rampinelli
Coordinador de la colección Relaciones Internacionales y Estado Nacional (RIEN)
(Traducción Portugues de Brasil - Español : Karine Alvarez)
HERNANDO CALVO OSPINA